Determinadas asociaciones y organizaciones establecen cada año concursos sobre especies de seres vivos con las que trabajan, para decidir en cuál centrar sus esfuerzos, especialmente en divulgación, de cara a concienciar a la sociedad sobre la problemática o, simplemente, resaltar su valor para el entorno.
Nuestro enraizado candidato europeo
Este gigante tan ceremonialmente decorado es el árbol que, tras la votación, ha sido elegido para representarnos en el concurso del Árbol Europeo del Año, creado por la Fundación Alianza y que tuvo su origen en la República Checa.
Se trata de un olmo (Ulmus minor) con 19 metros de altura y más de 350 años, que ha presenciado la historia de los habitantes de Navajas, en Castellón. Competía con otros nueve ejemplares repartidos por nuestra geografía (aunque este año, sobre todo sureños) en un concurso que busca no sólo los árboles más impresionantes a nivel estructural, sino que tengan además un valor sentimental para la población que los rodea.
El olmo está tan presente en la población, que todas las celebraciones importantes tienen lugar en la plaza que lleva su nombre. No sólo sale en el escudo de la localidad, sino que ha aparecido también en sellos, cupones y se han escrito dos himnos en torno a su historia: uno sobre el propio árbol y otro sobre Roque Pastor, quien lo plantara allá por 1636, como consta en una placa.
Tras esta extensa lista de factores que avalan su candidatura, finalmente quedó duodécimo a nivel europeo, siendo el vencedor un almendro húngaro. Especial mención merece también el candidato de nuestros vecinos lusos, que consiguió el tercer puesto en dicho certamen y que, sin duda, va a impresionar a todo el que lo vea. Para ver todos los finalistas del continente (muy recomendable) puedes seguir este enlace.
El ave del año
La lechuza común (Tyto alba) ha cedido su corona de ave del año al chorlitejo patinegro, quien ha "vencido" en una votación al aguilucho cenizo (Circus pigargus) y al alcaudón real (Lanius excubitor), convirtiéndose en el primer ave limícola en conseguirlo.
A pesar de que probablemente sea una especie que no suene mucho en el interior, puesto que la mayor parte de la población en nuestro país habita en zonas costeras, se deja ver en determinados humedales del interior, si bien ninguno en el noroeste. De hecho, es en estos lugares de interior donde aparece la amenaza de las sequías, que se une a otras en todo su hábitat como la destrucción de nidos por edificación o por eliminación de la vegetación de las playas, y desgraciadamente actos de vandalismo deliberados contra estas zonas de nidificación. Otro factor que ha influido en que en los últimos diez años su población haya disminuido considerablemente es el abandono de las salinas, en un paralelismo con el caso que vimos ayer en Montenegro.
Por ello, algunas de las medidas de conservación propuestas son la conservación de la vegetación dunar o el mantenimiento de estas explotaciones de sal, que pueden beneficiar a otras muchas especies.
Esperemos que al final del año podamos hacer balance y contar lo logrado en la conservación de este pequeño y alado tesoro de nuestro país.
Las mariposas también tienen su ranking
Y en esta ocasión, dicho ranking está presidido por la mariposa capuchina (Pieris cheiranthi). Los votantes probablemente se hayan decantado por esta especie dados los antecedentes de otras especies de su mismo género, como la gran mariposa blanca de Madeira (Pieris wollastoni), que llegó a la irreversible situación de la extinción hace algo más de 30 años.
En el caso de la capuchina, su distribución actual ya es muy localizada, encontrándose sólo en Tenerife y La Palma y habiéndose extinguido ya en otras dos islas del archipiélago canario. Está ligada a los alrededores de los característicos bosques de laurisilva, lo que obliga a un esfuerzo por conservar tanto la especie como este singular hábitat. Además, se ha de trabajar en su protección a nivel legal, así como en combatir algunas especies invasoras que se han convertido en un depredador más frente al cual defenderse.
No olvidemos además que hablamos de un polinizador, y que se trata de un ejemplo más del declive de este grupo de animales clave para el funcionamiento ecosistémico de los diferentes hábitats, tanto los humanizados como los que aún permanecen "intactos".
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