7 curiosidades sobre las orquídeas
- Bárbara AR
- 13 mar 2019
- 4 Min. de lectura
Hoy la protagonista es una planta que suele serlo ya de forma habitual, ya sea en la naturaleza o entre las plantas de casa, puesto que el colorido de sus espectaculares flores captan fácilmente la atención. Además de su aspecto, hoy espero que os fascinen otros datos realmente increíbles acerca de estas espectaculares plantas.

1. Cosmopolitas
Puede parecer increíble que una flor así de espectacular esté casi en cualquier parte del mundo, exceptuando los climas más extremos, pero es así. La familia Orchidaceae tiene más de 800 géneros. Se han descubierto a día de hoy más de 20000 especies, y ese número aumenta rápidamente.
En España contamos con 25 géneros, entre los que Orchis es el más representado (hablando de su forma silvestre) con 19 especies.
Hay que sumar a todas ellas la enorme cantidad de híbridos que hay entre especies de esta familia, y que aumenta exponencialmente la diversidad de ejemplares que podemos encontrar.
2. Desiguales
Es muy difícil establecer un patrón general entre semejante número de especies. Así, encontramos plantas que crecen bajo tierra, sobre piedras o sobre otras plantas y árboles. Raíces aéreas, en forma de tubérculos y rizomas. Lo que sí se puede decir es que las flores de las orquídeas presentan un esquema 'general', formado por tres sépalos (en la foto los que se encuentran en segundo plano) y tres pétalos. El central recibe el nombre de labelo y, como ocurre en el ejemplar de Phalaenopsis de la foto, puede estar a su vez dividido en lóbulos de distintas formas y tamaños. Esto hace a la flor zigomorfa, lo que significa que es simétrica respecto a un único eje.
3. Ecuador es un 'hotspot'
Es verdad que de por sí, las zonas tropicales son las que concentran mayores especies de orquídeas. Pero en Ecuador encontramos una explosión en lo que a especies de esta familia se refiere, en proporción a su extensión. En 2003 ya se habían registrado en el país 3784 especies, y entre 2005 y 2010 se sumaron a esa lista nada más y nada menos que 340 especies. La explicación que han encontrado los científicos a este fenómeno es la mezcla de clima y geografía del país, que se ve sometido a muchos cambios debido a desprendimientos, erupciones y otros fenómenos que han aislado poblaciones pequeñas de orquídeas que, ante la imposibilidad de intercambiar genes con otros núcleos, se han desarrollado por un camino distinto que les ha llevado a conformar nuevas especies.
4. Especies comestibles
No sólo para deleitarse con sus colores existen estas plantas. Los humanos hemos sabido explorar otras aplicaciones de estas maravillas de nuestra flora, algunas de las cuales son deliciosas. La orquídea más popular en nuestras mesas es sin duda la vainilla (Vanilla planifolia), tan utilizada para aromatizar ricos dulces. Pero si de la vainilla aprovechamos el fruto, en Oriente Medio lo que utilizan es el tubérculo de algunas especies del género Orchis (recordemos que es además el género más presente en nuestro país), que muelen para obtener un polvo que se usa tanto para hacer pan como para elaborar una bebida caliente que recibe el nombre de sahlep, muy popular en Turquía.
5. Extremos
Entre el gran abanico de aspectos que hay en este grupo, encontramos dos especies en lo más alto y lo más bajo de una lista en la que el criterio es el tamaño de la planta. En primer lugar tenemos a Grammatophyllum speciosum, la orquídea tigre, originaria del sur asiático y cuyo porte, que puede alcanzar los tres metros, le otorga el título de la orquídea más grande del mundo. En el otro lado tenemos al género Platystele, que contiene las orquídeas más pequeñas del mundo. Hablamos de plantas cuyas flores apenas superan los 2 mm de longitud. En algunas partes sus pétalos no tienen más grosor que el de una célula, siendo prácticamente transparentes.

6. Imitadoras
Muchas especies de orquídeas se han especializado en un insecto polinizador en concreto. Esto les hace disminuir la competencia con otras especies, pero a su vez supone un peligro para su conservación, puesto que al depender de un animal, si la población de éste se resiente o extingue, la orquídea correrá la misma suerte. Para asegurarse de que los insectos llevan el polen hasta otra flor, estas plantas utilizan todo tipo de engaños, aunque probablemente el más curioso es el de adoptar formas animales. Es el caso de Ophrys apifera (foto de debajo), que imita a una abeja hembra, de modo que cuando el macho se posa sobre ella queda cubierto de polen, cumpliendo ya su importante función en el ciclo de la flor. Otras especies imitan otros animales a pequeña escala, aunque parece más una casualidad de la naturaleza, puesto que dichos animales no participan en su polinización. Ejemplos de ello son la orquídea mono Orchis simia, o la orquídea pato Coleana major.

7. Imitadas
Como en todo, esta moneda de imitación también tiene dos lados. Además de encontrarnos formas de otro reino entre las orquídeas, su forma es adoptada por algunos animales que han visto en ello una excelente estrategia de camuflaje. Es el caso de la mantis orquídea Hymenopus coronatus, que se integra perfectamente en la flor esperando a que llegue su próximo bocado. Sin duda una forma excelente de aprovechar el atractivo de las flores como trampa para sus presas.
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