Considerar el "TODO"
- Bárbara AR
- 3 jul 2019
- 3 Min. de lectura
Esta entrada es un tanto reivindicativa. Viene especialmente motivada por unas prácticas que he realizado recientemente con una empresa que se dedica al geoturismo. Probablemente, a mucha gente le suene a chino el término, mientras que otra sepa lo que es pero le parecerá raro que esto tenga su público. Y ahí está el problema: aunque es un sector en crecimiento, la gente aún no tiene en cuenta la geología todo lo que debería. Las aburridas piedras que muchos ven tienen gran importancia en numerosos aspectos que sí que reciben más atención.

Un libro de historia bajo nuestros pies
A nuestros pies, o sobre nosotros, en lugares que solamente pueden ser alcanzados por expertos escaladores, o profundidades que no alcanzan ni los buceadores más preparados.
Cada montaña, cada valle o acantilado es una oportunidad de oro de conocer cosas que ocurrieron hace miles o millones de años, y que condicionaron nuestras vidas incluso antes de que el ser humano existiese.
Los tan llamativos fósiles, que probablemente sean la parte más popular de la gente no especialmente aficionada a la geología, son nada menos que pruebas que nos permiten saber, por ejemplo, que un lugar enclavado ahora entre grandes montañas era hace millones de años un mar somero en el que crecían corales o equinodermos gigantes.
Relacionándolo directamente con nuestra historia y, en concreto, con la de Laciana, los castros que tenemos en mayor o menor estado de excavación se situaban sobre pequeños cerros desde los que se podían visualizar los poblados cercanos, así como comunicarse entre ellos. También en Laciana existen numerosos restos de antiguas minas de oro romanas en las que se encuentra este preciado metal, resultado de intrusiones magmáticas en determinado tipo de rocas.
No es raro que en el fondo de los valles se sitúen las poblaciones humanas, aprovechando la mayor fertilidad del terreno para cultivar; o que las carreteras se tracen por los lugares más rápidos para atravesar un accidente del terreno.
Base de la vida
Pero no sólo hablamos de las formas del relieve, sino que lo que crece sobre ellas está directamente condicionado por el sustrato que tiene. Así por ejemplo, tanto en Laciana como en Somiedo existe un árbol denominado escuernacabras pero, mientras que en territorio lacianiego este término se refiere al arraclán (Frangula alnus), en la zona somedana se refiere al pudio (Rhamnus alpina), siendo el factor que determina la presencia de uno u otro el carácter silíceo o calizo del suelo.
Asimismo, encontramos casos como el de la zona cunqueira en Asturias, comprendida entre Ibias y Degaña, donde la mala calidad de la tierra para cultivar hizo aparecer este oficio que aún hoy conserva dos artesanos, y que en su día llevaba al gremio por toda la península durante nueve meses al año para vender sus productos.
En las costa occidental asturiana, a lo largo de la conocida como rasa, podemos observar una superficie prácticamente plana del todo, separada del mar por unos cuantos metros de acantilado. Dicha rasa no es más que una antigua playa emergida y, para comprobarlo, sólo hay que excavar un poco en la zona y apartar la gran cantidad de cantos que vemos en toda esa zona, y que un día estuvieron expuestos al vaivén del mar.

Ventana al futuro
Pero si antes lo que más condicionaba las caprichosas formas del terreno eran actividades del sector primario, ahora encontramos que pueden suponer una buena oportunidad para el desarrollo de una región. Y eso sí que es inherente a cada una: todas absolutamente tienen una historia geológica que les ha hecho ser como son hoy. Existen ya empresas dedicadas a este turismo, como mencioné al principio, o lugares que se están convirtiendo en la principal atracción turística de un lugar, como es el caso del flysch de Zumaia, cuyas curiosas formas han hecho también que los productores de Juego de Tronos se fijen en él para rodar algunas escenas, dándole así más popularidad aún.
Volviendo a sacar pecho de mi tierra, la Geología ha impulsado una de las iniciativas más altruistas y en pro de la divulgación científica que hay por la zona: el aula geológica de Robles de Laciana. Un proyecto que con mucho trabajo y fuerza de voluntad llega estos días precisamente a las III Jornadas para conocer la geología del Valle y aledaños. Cuenta además con una exposición magnífica de minerales y fósiles en un lugar tan entrañable como es la antigua escuela del pueblo.
Ejemplos de iniciativas que ponen a la geología en el lugar que le corresponde.
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