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Nessie "in the Skye"

  • Foto del escritor: Bárbara AR
    Bárbara AR
  • 3 abr 2019
  • 3 Min. de lectura

Continúo relatándoos mi experiencia por Escocia. Os refresco la memoria, os había hablado en la anterior entrada de mi visita a uno de los dos Parques Nacionales del país, Cairngorns National Park, en el Noreste del territorio. Tras abandonar esos espectaculares paisajes, nos dirijimos a Inverness. Sí que os diré que la ciudad es preciosa y su visita, muy recomendable. Pero dado que es un blog de naturaleza voy a pasar rápido la ciudad para relataros la que fue nuestra siguiente parada.

El lago más famoso de Escocia (¿y del mundo?)


No creo que a nadie le venga de primeras otro lago escocés que no sea el que acoge, supuestamente, a la misteriosa Nessie. Las cifras oficiales del lago Ness serían las de un campeón si hablásemos de un deportista. Es, con mucha diferencia, el lago con más agua de toda la nación, con 7.500 millones de metros cúbicos (no lo paséis a litros, que os vais a marear). A pesar de que no encabeza la lista de máxima profundidad, en la que le adelanta el lago Morar, sí que es el lago con mayor profundidad media, con 131 metros. Con todo ese espacio, es creíble que pueda haber una criatura gigante vagando bajo su superficie. A falta de muchas pruebas contundentes que corroboren versiones, lo que sí sabemos es que en esas aguas nadan truchas, salmones, anguilas y salvelinos. 

Aunque el lago nunca se congela, tampoco está el agua como para 'darse un chapuzón': en su parte profunda, el agua no supera los 5ºC. Este fondo y sus sedimentos también revelan que el lago nunca estuvo lleno de agua de mar, sino que, tras originarse una gran fisura por el movimiento de las placas tectónicas, ésta se fue llenando con agua de los ocho ríos y numerosos arroyos de distinta magnitud que vierten al gigante en la actualidad.

Respecto a su longitud, también existe otro lago que se le adelanta, aunque sus 35 kilómetros de largo le hacen digno merecedor de la segunda posición. Traducido al lenguaje no numérico, el tamaño del lago regala un buen rato de viaje y vistas involvidables recorriendo la carretera que lo bordea. Aunque ninguna decepciona, recomiendo la carretera oeste, ya que coincide, además, con la orilla en la que se encuentra el castillo de Urquhart. Este es lugar prácticamente obligado, pues su situación ofrece una excelente vista del lago, diferente a la que se obtiene en la mayoría de los aparcaderos (a la imagen me remito). Además el castillo en sí, estando en ruinas, es una de las mejores atracciones de Escocia.


Distinto a todo


Pero mientras una parte de Escocia era verde absolutamente, existe una zona cuyo paisaje es diferente a cualquier cosa que había visto: la Isla de Skye. Situada al oeste, es la segunda isla más grande de la nación, tras la isla de Lewis, que forma también parte de las Hébridas. La ventaja clara de Skye sobre las demás islas es la facilidad de acceso: se llega a través de un puente por uno de los accesos, y el ferry del otro tiene una duración corta. En mayo, la fecha del viaje, la isla ofrecía un paisaje chocante. El color pardo de su paisaje daba sensación de una zona seca, pero sin embargo se podían ver cascadas y arroyos cada nada a lo largo de sus carreteras.Una isla de contrastes, de mar en el horizonte y lagos en el interior, de poblaciones pequeñas y dispersas en un paisaje inhóspito. Skye procede del vikingo y significa isla nubosa, refiriéndose a la niebla habitual en el lugar que le aporta un toque aún más misterioso. En nuestro segundo día allí, dicha niebla nos proporcionó una buena imagen de 'the Old Man Storr', una roca cercana a la costa al norte, que representa a la perfección las extrañas formas que los acantilados toman en Skye.



Lo remoto del lugar y su escasa cubierta forestal hace al lugar escaso en grandes mamíferos, destacando el ciervo y detectando recientemente algunos ejemplares de marta. Los mayores protagonistas de turismo de observación de fauna se encuentran en el mar y en el aire, con el frailecillo (Fratecula arctica) como principal atracción.

Claro que ser lugares tan únicos tiene su parte mala. Si bien la afluencia de visitantes varía a lo largo del año, actualmente en temporada alta Skye está masificada, más aún si consideramos que la infraestructura de la isla no está preparada para recibir a grandes cantidades de turistas (la isla tiene tan sólo 9200 habitantes). Habrá que comenzar a regular este aspecto de cara a no perder un lugar tan único.

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